sábado, 20 de octubre de 2007

Para Orar desde la Vida

"En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse…cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?"
Lucas 18, 1-8

Jesús tiene claro que le tienen que entender, que hablar sin que la mayoría te entienda es algo inútil. Y para ello el mensaje lo expresa de manera que a los oyentes les sea fácil la comprensión del mismo y, a la vez, se interesen por la misma historia que cuenta y en la que va introducida la idea que quiere transmitir. Se retiene mejor una historieta, que un enunciado, pero quedarse en la parábola, sin descubrir desde donde parte y hasta donde quiere llegar, podría desenfocar lo que Jesús quiere decirnos.

Jesús nos habla de hay que orar siempre sin desanimarnos. Aquí podríamos también centrar el sentido de la parábola. No dejar de orar, porque si lo hacemos, esto nos llevaría a perder la meta de nuestra tarea, misión, en el mundo. Ponernos siempre en contacto con el Padre, contar con él, sentirnos siempre necesitados de entablar una conversación amorosa, sincera y confiada en él, nos ayuda en nuestra vida de hijos.

El creyente, el militante, encuentra en la oración la fuerza necesaria para que su vida sea siempre una continua acción de gracias. Lo que hacemos, lo que pensamos, lo que nos pasa; aquello que nos empuja a trabajar, a luchar, a enfrentarnos ante la injusticia es lo que en nuestro conciencia va creciendo del conocimiento de la voluntad del Padre. Por ello la oración "modelo" que nos enseñó, el padrenuestro, nos da las pautas de nuestra oración. Pedimos para que se haga siempre su voluntad en la tierra, orar de alguna manera es no dejar de buscar la verdad, la justicia,… porque orar a Dios es lo que nos mantiene despiertos, inconformistas, luchadores por un mundo que Dios quiere para todos. De tal manera que siempre que pidamos lo hagamos por todos y para todos, no por nosotros solos. La oración que se hace por uno mismo, puede llegar romper la hermandad. Por eso el padrenuestro siempre está en plural.

Si dejara de haber fe en la tierra significaría que los hombres han abandonado el proyecto de Dios, han abandonado la casa del Padre y han roto con el deseo de construir el Reino. Perder la Fe sería semejante a no estar insistiendo, orando continuamente, para que haya Justicia en la tierra, pues habremos perdido no sólo el deseo de que sea así, sino también el medio para que ese deseo se vea continuamente renovado y potenciado. Cuidemos por lo tanto nuestra oración porque ella es el que nos mantiene en el proyecto, y en el amor, del Padre que nos comunicó Jesús.

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