domingo, 16 de septiembre de 2007

Para Orar desde la vida

EL EVANGELIO DEL DOMINGO 24 T.O.

Parábolas de las cosas perdidas y de cómo reencontrar a Dios ( 24 T.O.)

Haz silencio para oír la Palabra de Dios. Siente su presencia cercana tanto como la cercanía de tu familia, de tus vecinos/as, y de tus compañeros/as de trabajo. Todos son parte de ti y tú te debes a ellos y a ellas. Puedes utilizar esta oración:

Señor Jesús, Obrero de Nazarét, explícame la Escritura como lo hiciste con los discípulos de Emaús. Cómo a ellos, ayúdame a descubrir, acoger y celebrar la presencia de Dios en mi familia y en el trabajo y en el ambiente vecinal. A veces, también yo, como ellos, pierdo la esperanza ante las situaciones dolorosas e injustas a que estamos sometidos los trabajadores; a veces, también a mi me puede la perdida de conciencia de compañeros y compañeras. Ayúdame a confiar que tu Proyecto de Solidaridad, de fraternidad y Justicia sigue adelante. Oriéntame para que pueda experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de solidaridad. Amén.

Lectura del Evangelio: Lucas: 15, 1-14

"Los publicanos y pecadores se acercaban a oír a Jesús. Y fariseos y escribas le criticaban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido. Os digo que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, dice a las amigas y vecinas: ¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta".

Comentario:

La finalidad de estas parábolas es ayudarnos a reflexionar en nuestra imagen de Dios, pues ello influye decididamente en nuestro modo de vivir, de sentir, pensar y de actuar. Por ejemplo, la imagen de Dios-juez severo, que ha creado tanta sumisión y pasividad, en el mundo obrero produce rechazo, como afirma un refrán popular: "todo lo bueno engorda o es pecado". La imagen de Dios-patrón, o amo, que tanto abuso y dominio ha legitimado, en la mentalidad obrera no encaja, porque "todo lo que es bueno para el patrón es malo para mí". Jesús revela una nueva imagen de Dios: Un Padre, lleno de ternura con todos y con cada uno en particular.


Santo Tomas dice una cosa, pocas veces tenida en cuenta: "A Dios no podemos ofenderle a menos que actuemos contra nuestro bien". Es una frase que define muy bien la palabra "pecado" o "pecador". Para Dios, el pecador, no es, primeramente, el que desobedece las leyes, sino aquel que actúa contra el bien de las personas, que también es propio bien, y contra el bien de la convivencia humana. Dios es el Padre-Madre que nos quiere, que se llena de alegría cuando actuamos para el bien colectivo y personal, y, porque nos quiere, se entristece cuando nos embarga la tristeza. Nadie, como los padres, sobre todo las madres, están en mejores condiciones de entender esto. Ante el hijo o hija que se droga, ha dejado de estudiar o ha roto con la familia, lo que más siente no es que haya violado la norma, sino el mal que el hijo se hace a sí mismo. Así , pero mucho más, es Dios para nosotros.

Si nosotros nos alegramos al encontrar el trabajo perdido, la amistad recuperada, la reivindicación conseguida, la solidaridad buscada, ¿cómo no va a decir Dios, ¡Felicitadme, porque este hijo se había perdido y ha vuelto a la vida?

Reflexión y oración:

Jesús, hoy, te pregunta: Si tuvieras cien ovejas y perdieras una, ¿dejarías las noventa y nueve, para buscar a la perdida hasta encontrarla? Si tuvieras diez monedas y perdieras una, ¿la buscaría con tanto ardor como la mujer de la parábola?

En el fondo, Jesús, te está planteando una cuestión ¿Cómo vives la misericordia de Dios en tus relaciones concretas y diarias con la gente, especialmente con los más débiles y oprimidos? ¿A quien buscas realmente? Trata de responderle, situado/a en tu acción evangelizadora, de cada día, en la familia, en el barrio y en el trabajo, después ora con esta oración de R. Tagore:

Tienes tu escabel, y tus pies descansan entre los más pobres, los más humildes y perdidos.
Quiero inclinarme ante Ti, pero mi postración no llega nunca a la sima donde tus pies descansan entre los más pobres, los más humildes y perdidos. El orgullo no puede acercarse a Ti, que caminas con la ropa de los miserables, entre los más pobres, los más humildes y perdidos.
Mi corazón no sabe encontrar su senda, la senda de los solidarios, por donde Tú vas entre los más pobres, los más humildes y perdidos.

1 comentario:

Nando el peregrino dijo...

Te han concedido un premio en http://nando-elperegrino.blogspot.com/2007/09/el-premio.html
Enhorabuena.
Las reglas para este galardón son:

1.- Escribir un post mostrando el PREMIO y citar el nombre del blog que te lo regala y enlazarlo al post que te nombra. (De esta manera se podrá seguir la cadena).

2.- Elegir un mínimo de 7 blogs que creas que se han destacado alguna vez por ayudar, apoyar y compartir. Poner sus nombres y los enlaces a ellos. (Avisarles).

3.- Opcional. Exhibir el PREMIO con orgullo en tu blog haciendo enlace al post que escribes sobre él y lo otorgas a otros.