viernes, 22 de junio de 2007

REFLEXIÓN SOBRE MI VIVENCIA DE LOS CURSOS DE VERANO

Cuando descubrimos que algo es importante para nosotros, queremos que las personas a quienes estimamos o amamos, también lo descubran. Esto es algo natural que podemos aplicar a cualquier cosa de la vida, pero para un cristiano tiene otro sentido más profundo: nosotros hemos tenido la gracia de descubrir a Jesucristo y sentimos la necesidad de que las personas a quienes queremos, las personas que nos importan, también lo descubran.

Ahora aplico esta idea a los Cursos de Verano de la HOAC. En el verano del 88, estando yo todavía en Iniciación, asistí a mi primer Curso de Verano que se celebró si mal no recuerdo en Ávila.

Como podéis suponer, me marcó la experiencia, porque no he faltado nunca a los Cursos de Verano, se hayan celebrado en Ávila, Salamanca, Tarazona, Valladolid, Málaga....

El tema que se trate puede ser más o menos sugerente, o los ponentes más o menos conocidos... me da igual. Los Cursos de Verano tienen para mí (como para otras muchas personas de otras Diócesis que no faltamos nunca) un valor en sí mismos por encima de todo esto.

Los Cursos de Verano son un lugar de encuentro, de interiorización, de compartir la fe y las vivencias, de conocimiento de otras personas y otras experiencias, de descansar de todo el ritmo agobiante que hemos llevado durante el curso... ¡qué os puedo decir!... para mí han pasado hace muchos años a ser "mis vacaciones" y a la vez, a servirme de impulso, de crecimiento como persona en este intento de seguir avanzando en la evangelización del mundo obrero...

Los dos primeros días, mejor dicho día y medio, son de oración y reflexión. Sin prisas, con testimonios de militantes que con sus experiencias nos ayudan para nuestra vida de fe.

En los otros dos días y medio, se tratan temas importantes para nuestra misión evangelizadora, pero que a la vez, siempre han resultado muy interesantes y enriquecedores para las personas que no son de la HOAC y que asisten.

Por último, pasando a los aspectos "materiales", he de decir que a la vez son relajados en los horarios, podemos invitar a amigos y compañeros a que asistan y este año hay hasta servicio de guardería.

La casa y la ciudad donde se vienen celebrando los últimos años, Salamanca, no tienen desperdicio. La casa, muy fresquita para el verano, es una casa antigua pero que ha sido restaurada y tanto las habitaciones, con baño dentro, como la comida, son excelentes. ¿Dónde podemos alojarnos con pensión completa (hasta merienda) por tan poco dinero?

...y la bella ciudad de Salamanca a la que se puede ir dando un paseo, resulta todo un placer tomar un helado en la Plaza Mayor... bueno, ¡ya está bien! parece que estoy "vendiendo unas vacaciones" y no animándoos a que os penséis las posibilidades de asistir.

Ya sabéis que en la HOAC nadie debe quedarse sin asistir a algo por no poder económicamente; lo comunicáis a la Comisión Diocesana y todo se arregla.

Os animo a que podáis experimentar lo que supone el disfrute de los Cursos de Verano y estoy segura de que siempre que podáis, intentaréis volver.

Un abrazo, Marichi Fedriani

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