jueves, 5 de abril de 2007

Para Orar desde la Vida


Jueves Santo



El Jueves Santo se celebra como una introducción a la pasión y resurrección de Jesucristo. Es un paso más en el camino de Jesús de la muerte a la Vida.

Claro que dentro de este contexto general, la existencia de Jesús echa servicio con una entrega sin limite, el día de hoy presenta unos matices especiales, que se expresa en dos detalles. Están tomados de dos tradiciones complementarias, una que recoge Pablo, (1ª Cor. 11,23-26) y la otra, Juan, (Jn. 13,1-15): Son la institución de la Eucaristía y el lavatorio.

* La institución de la Eucaristía. “Cuerpo entregado y sangre derramada”. “Tomad y comed esto es mi cuerpo”. “Tomad y bebed esta es mi existencia que se entrega por vosotros”. Todas ellas son palabras que expresan la vida de Jesús que fue para todos y que casi no se perteneció a sí mismo.

* En el lavatorio nos quiere hacer ver la disponibilidad para servir, cuál tiene que ser el mandamiento principal que debe presidir la vida de cualquier cristiano, Jesús, que es el Señor, está disponible siempre para todos hasta lavar los pies.

Los gestos del lavatorio y de la eucaristía, son una invitación a la generosidad, a la comunión, al servicio, a la entrega. Esta llamada y este compromiso están presentes en toda la vida de Jesús, en este día se remarca de manera especial. Ambas acciones crean actitudes y hechos que son las que aportan vida a las personas y al mundo.

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