viernes, 29 de junio de 2007

Para Orar desde la Vida

Domingo 13º Tiempo Ordinario

  • Pasa unos minutos tranquilizándote.
  • La oración es un encuentro con Dios, intenta ahora estar en su presencia
  • No vives solo en la oración: estas en nombre de muchos hermanos (tu equipo, la asamblea de la Hoac, tu familia, compañeros de trabajo...) Siéntete unidos a ellos.
  • Rezamos desde la vida para mirarla con los ojos de Dios
  • Lee despacio el Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
- Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
- Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
- Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
- Sígueme.
Él respondió:
- Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
- Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.
Otro le dijo:
- Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
- El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.

Ahora Jesús, una vez más, te dice: "Sígueme". Tú mismo le dices, en ocasiones: "te seguiré a dónde vayas". Pero también añades, en otras tantas: "déjame primero que me aclare, que me despeje", "que descanse", "cuando haya terminado con esta relación que me ata", déjame primero a..., "espera a que rompa con mis tradiciones heredadas" (familiares, culturales, hábitos heredados, el entramado de vivencias, amistades, prestigio profesional...)

Nos cuesta salir de nuestras "madrigueras"; ese lugar en el que uno se agazapa y encuentra seguridad. Jesús nos pide que salgamos a campo abierto, para enfrentarnos al combate de la existencia. Pero nosotros miramos para atrás, después de haber puesto la mano en el arado. Quiere decir que tu corazón no ha sido conquistado todo por el Señor Jesús. Aún hay zonas de nuestra personalidad dónde la luz de Jesús no ha entrado. No estamos plenamente evangelizados

Seguir a Jesús exige desprendimiento radical e inmediato. Disponibilidad para vivir el desprendimiento, el abandono de las cosas: "No tener nada, no llevar nada". No se pone el acento en la pobreza absoluta, sino en la itinerancia. La fidelidad en el camino emprendido. El discípulo lo mismo que Jesús, no puede programar, organizar la propia vida según criterios de exigencias personales, de "confort" individual.

Los discípulos deben ser conscientes de la dificultad de la empresa, de los sacrificios que comporta y de la gravedad de los compromisos que asumen con aquella decisión. Decisión irrevocable. Nada de vacilaciones, nada de componendas, ninguna concesión a las añoranzas y recuerdos del pasado, el compromiso es total, definitivo, la elección irrevocable.

Hoy, como ayer, Jesús te sigue llamando para que le sigas, y te comprometas con la causa del Evangelio. El llamamiento es radical pero no intolerante. Es una invitación. Y es un donde Dios. Contamos con su gracia. No es sólo esfuerzo humano. Y sólo será posible si esta movido por amor, por amor a Jesús y a su Causa.

¿Qué ataduras me impiden seguir a Jesús?

□ Termina con esta oración:

Dios Padre nuestro: tu Hijo Jesús, "decidió subir resueltamente a Jerusalén", sin importarle todo lo que aquel camino le iba a acarrear de sufrimientos y de cruz; ayúdanos, a los que queremos ser seguidores radicales suyos, a tomar también resueltamente la opción de dar nuestra vida día a día en el servicio a la Causa que él con su entrega nos mostró.



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